En últimos días, se han dado a conocer reportes y cifras sobre el comportamiento delictivo en los municipios de la Laguna. Y era de esperarse como usualmente sucede, varias reacciones, tanto de organismos empresariales, de la sociedad civil y de las propias autoridades.

Fuentes de información

Hay que precisar que los datos oficiales que se utilizan en estos reportes provienen del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, misma que se alimenta de las Fiscalías de todo el país. Pero ¿por qué hay reacciones?, principalmente porque las fuentes de información son distintas, por un lado, se miden las carpetas de investigación (denuncias) y por otro lado los reportes al 911 o los que llegan directamente a las corporaciones policiales.

Complementarse

Obviamente habrá diferencias, no muchos reportes llegan a convertirse en una denuncia, pero extraña que sean más las denuncias que los propios reportes. Sin embargo, no debe desestimarse, ni una fuente, ni la otra, deben a su vez complementarse para fortalecer las estrategias de prevención del delito y de inteligencia para comprender los patrones delictivos.

Dinámica delictiva

Definitivamente el contexto en el que estamos inmersos por el confinamiento es muy complejo, pues se modifica nuestra dinámica familiar, social, pero también la dinámica delictiva. Es muy fácil cuestionar, cuando los resultados no favorecen, o minimizar cuando se trata de robos de menor cuantía, no obstante, se trata de conductas antisociales que deben ser atendidas.

No deben ser minimizados

A nadie nos gustaría que se minimizara cuando nos roban nuestro motor del aparato de aire, o la bomba, o incluso nuestra batería del vehículo o nuestra placa. Cada mes ocurren un sin fin de robos a tiendas de conveniencia, pero si bien son de menor cuantía, estos se cometen con violencia y quizá incremente el costo del seguro, el cual tiene que cubrir la empresa.

Cuidar la narrativa

Debemos ser respetuosos de las víctimas y respetuosos de las autoridades que hacen lo que pueden con sus limitaciones. Hay que cuidar mucho la narrativa, no minimizar, no delegar responsabilidades, más bien adquirir corresponsabilidad. Finalmente, el juicio de valor para la evaluación en materia de seguridad, lo tiene el ciudadano.