Para generar confianza en nuestras instituciones, principalmente en la policía, se requieren acciones, congruencia y una adecuada rendición de cuentas. ¿Cómo confiar en las policías, si no las conocemos, si se desconoce cuál es su función, o incluso cuál es su mandato?

Conociendo su propósito

Los ciudadanos debemos asegurarnos de que las instituciones funcionen adecuadamente, pero eso se logra conociendo cuál es su propósito y más aún en una institución en la que se deposita el uso de la fuerza pública del estado.

La sensación de seguridad

Es importante saber las capacitaciones que reciben los elementos, los estímulos, el presupuesto con el que cuentan, entre otra información que pueda revelarse y que a los ciudadanos les inspire confianza. La sensación de seguridad en la ciudadanía está directamente vinculada al buen desempeño policial, desde la prontitud en la respuesta ante una llamada y los patrullajes, hasta las detenciones en flagrancia que efectúan y el estricto apego a los derechos humanos.

Sensibles a las demandas ciudadanas

Las policías deben contar con apremios suficientes que se vuelvan antídoto contra actos de corrupción, que mantengan limpia la institución, siempre y cuando existan mecanismos externos de evaluación, control y vigilancia, integrado con expertos de la sociedad civil, con experiencia y conocimiento técnico, sensibles a las demandas ciudadanas y que no sean solo un instrumento que legitime su actuar.

Denuncias anónimas

La policía necesita de la cooperación de la ciudadanía, no solo para evaluar su desempeño, si no para denunciar, informar de los problemas y eventualmente sirva para ampliar las investigaciones sobre hechos delictivos. Varias de las detenciones más importantes se han efectuado gracias a denuncias anónimas, de ciudadanos que confían en sus policías para detener delincuentes.

Restaurar la confianza ciudadana

Es importante también que se efectúen encuestas periódicas, entrevistas entre ciudadanos y policías, con comunidades, asociaciones de colonos, para focalizar capacidades, estar sensibles a esas demandas y al que hacer para restaurar la confianza ciudadana. Nada será suficiente, habrá que acompañar esto con más recursos, nuevas y mejores leyes. Por supuesto que las organizaciones de la sociedad civil deben trabajar para garantizar la articulación de estos esfuerzos.